Mi motivación por participar en temas de organizaciones sociales es justamente para tratar de que a toda la gente se le ayude por igual. Todos pasamos por una etapa de pobreza, cuando la gente era de escasos recursos era como que no tenían derecho a nada. Mi misión hoy es tratar de solucionarles los problemas a las familias más vulnerables en Cuncumén. Yo nací aquí, es mi tierra. Las raíces son las que la hacen a uno estar firme y pelear por los derechos de tener una comunidad limpia, con posibilidades laborales, una educación y salud mejor, donde ojalá quedemos todos tranquilos y conformes.
Mi sueño de Cuncumén es mejorarlo, pero en su identidad. No perder su calidad rural. Mis hijos han visto mi labor, mi trabajo, los he dejado muchas veces de lado a ellos, a mi casa, a todos. Pero voy a quedar conforme cuando a mis vecinos les llegue ayuda a todos por igual.
Mi emprendimiento lo tengo gracias a la mesa productiva, de la que yo ni siquiera era dirigente en esos años. Postulé al proyecto, mi almacén, y a pesar de que tuve muchos obstáculos desde el 2012, el 11 de septiembre de 2015 empezó a funcionar. El que es perseverante consigue las cosas.
Un dirigente está expuesto a mucho, a críticas buenas y malas. Muchas veces ingratitud de la gente, pero hay que dar para recibir, como dice el dicho. No espero recompensa de la gente, solamente Dios sabe lo que estoy haciendo y lo hago de corazón y con vocación social.
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