Mi motivación para trabajar con el grupo de empleabilidad de Cuncumén fue primeramente recuperar el espacio. Hubo una etapa de muchas oportunidades laborales en la minería, pero hoy es más difícil. Por lo mismo, hay que aprovechar las opciones que se generan. Este año de a poco hemos ido retomando las gestiones y los mismos vecinos han visto reflejado ese esfuerzo.
Me gusta ayudar, aunque a veces puede ser un poco ingrato, porque no todo el mundo es agradecido, pero ese no es mi objetivo. Lo que me importa es que les vaya bien, que aprovechen las oportunidades y que puedan tener éxito gracias a estas instancias que se generan.
Es muy útil la posibilidad de que al salir de cuarto medio exista la opción de capacitarse. Uno ayuda a las personas a tener un oficio y eso me llena el corazón. La idea es seguir trabajando en esto y que las oportunidades se vayan ampliando y reflejando.
Quiero aprovechar de pedirle a la comunidad la responsabilidad y compromiso para seguir adelante en esto. Si nos inscribimos en cursos hay que terminarlos y no dejarlos a medias porque eso perjudica a todos. Hay que cambiar esa imagen y la mentalidad de las personas que tienen por costumbre abandonar las oportunidades.
Quisiera que en Cuncumén no existiera cesantía, por lo menos con quienes les interesa trabajar en la minería. Quizás las mismas personas que están cesantes pueden perderse en la delincuencia, droga y otras cosas, y eso no puede suceder.
No puedo dejar de comentar que falta más participación de la comunidad, que asistan a las reuniones, que opinen. Algunos tienen desconfianza por la historia que hay. Hoy podemos tener 20 personas registradas sin trabajo, el próximo mes tendremos 5 y al siguiente tal vez 15. La idea es cambiar esa imagen y trabajar por un bien común. El desempleo en la comunidad es dinámico ya que todos los meses cambia. Así nos iremos moviendo pero con compromiso podemos llegar muy lejos.
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