Johana Oliva Arredondo, tiene 33 años, un hijo y es nacida y criada en Batuco.
Hace casi dos meses, impulsada por tomar nuevos desafíos, se sumó al equipo de monitores ambientales, una labor que la mantiene entusiasmada y a través de la que supervisa y controla las diversas medidas de mitigación implementadas por MLP.
En octubre de 2018 se integró la localidad de Batuco para complementar la labor que estaban haciendo los vecinos de Cuncumén, por lo que hoy la brigada cuenta con 6 mujeres y 2 hombres como monitores.
¿Qué opinión tienes de la labor del monitoreo ambiental?
Es importante el trabajo que se hace porque estando seco arriba uno puede pedir que se riegue el camino. Eso es más que nada lo que uno ve, que no haya tanta polución. Si hay alertas se pueden detener algunas maquinarias.
¿Sientes que el monitor tiene injerencia en la mina?
En cuanto al regadío sí. En el turno que estoy yo, uno le dice al supervisor de mina y él al tiro llama para que se riegue. Eso creo que es importante. Lamentablemente no se puede parar todo el polvo, porque eso es algo imposible.
¿Cómo evalúas tus primeras semanas?
Lo he encontrado bueno. A pesar de que nos critican, se cumple una labor importante arriba.
¿Por qué crees que hay críticas?
Yo creo que opinaba igual que todos los que no han ido a la mina. De hecho no la conocía. Fue todo nuevo para mí, pero hay que estar en terreno.
¿Te has sentido cómoda?
El turno es súper bueno. Si uno tiene dudas le van informando y ayudan. Arriba hay muchos nombres de ramplas, pero me hicieron un mapa para poder aprenderlo. He sentido bastante apoyo.
Impreso en boletín de marzo 2020
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