Todas las mañanas a las 6:30 Ruth ve salir a su hija mayor que camina desde Tencadán al sector del Molino donde toma el bus que la llevará a Salamanca. No regresa hasta el final del día, cuando termina sus clases de primero medio en el Colegio Corazón de Jesús. Un trayecto que ella nunca pudo hacer porque solo llegó hasta sexto básico en la Escuela de Cuncumén. En esos años no había recursos para seguir estudiando y mucho menos un transporte que la llevara hasta Salamanca si quería continuar su enseñanza media.
Hoy Ruth está convencida de que sus tres hijas tienen que ser profesionales. “Yo les digo que deben terminar los estudios porque sin eso uno no es nadie, no se puede trabajar en ninguna parte”. Con esa convicción manda a la Escuela de Cuncumén a Alison, otra de sus hijas que está cursando sexto básico, el mismo nivel que para ella fue el último de su paso por el colegio.
Alison tiene 12 años y en su mente ronda la idea de convertirse en profesora de la escuela local. Sabe que en tres años tendrá que madrugar para tomar el bus que la llevará a algún liceo en Salamanca. Su madre tiene claro que ese transporte es fundamental para que sus hijas sean profesionales. “Si no existiera el bus no habría cómo irse. Hay gente que tiene vehículo y de repente no nos llevan. Así que teniendo la plata hay que puro pagar no más”.
BUS ACERCAMIENTO
El año 2013 se hace efectivo el convenio de transporte para los estudiantes que cursan enseñanza media en establecimientos de la ciudad de Salamanca. Actualmente el compromiso de Minera Los Pelambres contempla un aporte del 85% del costo total del traslado diario por alumno. Esta gestión se enmarca en el programa de mejoramiento integral de la educación en Cuncumén que se trabaja bajo el alero de la mesa social.
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