El sábado 7 de mayo Daisy pensó que sería un día normal. Se levantó como siempre para desayunar mientras su pareja salía a trabajar. Pasadas las ocho de la mañana empezó a sentirse mal. Despertó a su hijo mayor y llamó por teléfono a una prima para que la ayudaran. Faltaban quince días para que naciera su hijo pero algo no andaba bien. En pocos minutos estaba en la posta de Cuncumén y mientras Kathy, la paramédica de turno, la examinaba, la ambulancia se preparaba para trasladarla de urgencia al Hospital de Salamanca. Después del control, el diagnóstico no era grave pero sí evidenciaba que el bebé adelantaría su llegada.
“En el camino me empezaron a dar contracciones así que la paramédica me fue conversando para que me calmara. Antes de las diez ya estaba en Salamanca. Fue todo muy rápido”, recuerda Daisy sobre ese día tan importante. “Yo jamás en mi vida había andado en una ambulancia, estar embarazada y necesitarla fue increíble”.
De no existir el vehículo de emergencia en la posta de Cuncumén, Daisy habría tenido que viajar en un auto particular. “No sé qué hubiera hecho si se me rompe la bolsa en el camino. Tú cuando vas con un paramédico te sientes más tranquila porque sabes que cualquier cosa que te pase te va a ayudar. Con las contracciones ir sentada en un auto no es lo mismo que en una camilla acostada”, comenta.
El pequeño Sebastián Fernando Díaz Saavedra llegó antes de lo planeado para convertirse en el regalón de esta familia que, al igual que todos los vecinos del Valle Alto, cuentan con este medio de transporte para hacer frente a las emergencias que puedan ocurrir. “Estoy muy agradecida que exista una ambulancia en Cuncumén”, agrega.
AMBULANCIA DE LA POSTA DE CUNCUMÉN
El 8 de mayo de 2012 entró en funcionamiento el vehículo de emergencia en la posta de Cuncumén beneficiando a las localidades del valle alto de Salamanca. Su implementación se gestó a través del Comité Consultivo de Salud local con el trabajo de la Mesa Social y Minera Los Pelambres.
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